jueves, 5 de septiembre de 2013

Mareas



Solamente quiero sentir, 
como la marea comienza a bajar
y después nuevamente,
decide subir.

Y fundirme con ella,
cada minuto,
en su oleaje,
en su ciclo de eternidad,
que nunca terminará,
o quizá nunca empezó.

Puede que así inaugure mi viaje,
al principio de mi fin,
o al fin de mi principio:
siendo un solo ser con el mar,
con el viento,
 con su sal,
con su tiempo...

Porque no hay mayor eternidad.


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