lunes, 2 de septiembre de 2013

Esta ciudad...


Me sentía ciega en esta ciudad,
caminando a tientas
entre callejuelas
de mala muerte
a las que no pertenecía
y me llenaban de oscuridad.

 

Me sentía sorda en esta ciudad,
cubierta por una nube de ruido
que no me dejaba oír,
ni pensar,
ni dormir;
que me perseguía 
entre agonías
y no me dejaba ver la verdad


 
Me sentía sin olfato en esta ciudad,
donde cada rincón,
cada portal,
cada esquina,
olía exactamente igual;
a rancio,
a estrés,
a muerte;
y me amargaba la realidad.


 
Me sentía sin gusto en esta ciudad,
escupiendo todas las palabras
como si no supiesen a nada;
tan insípidas
que perdían su significado
y hacían que cada uno de mis sentimientos
fuese irreal.


 
Me sentía sin tacto en esta ciudad,
tocando solamente paredes que me aprisionaban
en una jaula fría,
lúgubre,
lejos del mundo,
donde me prohibían libertad.
 

Me sentía sin sentimientos en esta ciudad,
donde no quería a nada,
ni a nadie;
me sentía como una autómata,
tan vacía de vida en esta ciudad...
Fue entonces que un día decidí,
que quería escapar.







 Escapar muy lejos y poder atrapar esas viejas luces y todo el mar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario