¿Qué pretendes insensato?
Empiezas a vislumbrar algo, un resquicio de luz quizá, pero no es la claridad a la que estás acostumbrado. Es una sensación extraña y aparece la inseguridad propia a lo desconocido.
¡Piensa!
¿Arriesgas a descubrir que hay detrás de las piezas o te quedas a medio recorrido?
Cae la quinta...
¿Realmente tienes elección? ¿Estás siendo dueño de tus propias decisiones?
Ahora quizá no tengas vuelta atrás.
Seis, siete han caído. ¿Qué ves? ¿Qué oyes? ¿Qué sientes? Dudo que puedas responder con palabras. Dudo que existan si quiera palabras para explicarlo. Dudo del mundo.
Se derrumba la octava seguida de un grito.
¿Tan insoportable es lo que estás descubriendo? ¿Es por eso que agonizas en el suelo?
No quieres tirar más piezas, no quieres que caigan más. Ya has sufrido suficiente.
Ruegas, gritas, suplicas que no se desvele lo que hay detrás de ellas.
Prisionero de ti, que ya eres parte del juego, ya no tienes control sobre ti mismo.
La novena sucumbe al peso de los acontecimientos.
¿Qué haces llorando? ¿Qué tipo de interpretación a la luz le estás dando?
La décima pieza te golpea fuerte. Lo que estaba escondido ya queda prácticamente al descubierto. Sin embargo, ¿qué es eso que no llegas a descifrar aún? ¿Qué otro horrible secreto esconde?
Tic
Tac
La undécima cae estrepitosamente ante tu perpleja mirada.
Dime que ves, ¿por qué te levantas?
Descríbeme todo, dame detalles.
La duodécima con el reloj cayó...
¿Por qué lloras?¿Acaso lo que ves no hay quién lo entienda?
Cae la trece
Cae la venda
Recoges todas las piezas parte por parte
Ríes y lloras
Esto es el arte.